A veces, las ideas pequeñas se convierten en grandes experiencias, y esta historia habla justamente de eso.
Cuando nuestros amigos, Gisela y Sergi, nos hablaron sobre Impuls Rupit como su proyecto personal y nos contaron todas las ideas que tienen en mente para hacer de su casa el lugar perfecto para los viajeros en bicicleta, nos enamoramos al instante.
Viven en Rupit, un pequeño pueblo precioso y rodeado de montañas mágicas, hermosos paisajes y algún que otro pantano. Un lugar perfecto para el ciclismo.
Una pequeña idea de Sergi que nos propuso mientras tomábamos café se convirtió en un gran fin de semana en la zona de Collsacabra con una compañía inmejorable.
Fueron dos días repletos de aventura, ciclismo, aire fresco, buena comida y gravel, mucho gravel. Los chicos de Impulse Rupit fueron los anfitriones perfectos, y nos guiaron alredor de las mejores montañas de la zona. Naturaleza sacada del salvaje oeste, verdes colinas, grandes formaciones de rocas y mesetas, aguas cristalinas, bosques de robles, prados, silencio, paisajes espectaculares, vacas en pastoreo, pueblos pintorescos y águilas majestuosas, ¿necesitamos algo más?
DÍA 1. De Rupit al Pantano de Sau (49km / 1.024m+)
Después de un potente desayuno, arrancamos con las baterías cargadas y listos para rodar, nos esperaba un gran día.
A pocos kilómetros de Rupit, nos sumergimos en el bosque a través de caminos llenos de ramas y arbustos y siempre tras Sergi y Gisela, quienes mostraron el alto conocimiento de la zona.
Subimos a través de una montaña desde la cual teníamos una vista perfecta de Collsacabra y el Valle. Un poco más tarde, llegamos al Santuari de la Mare de Deu del Far, donde aprovechamos la oportunidad para refrescarnos y disfrutar con la vista que ofrece el mirador.
Era hora de descender pero, esta vez, la pista no nos permitía ir en bicicleta porque había un sendero difícil y tuvimos que caminar durante algunos metros.
Tras un buen paseito con la bici al hombre, arrancamos de nuevo por una zona del valle impresionante con bonitas vistas y una pista rojiza que nos permitió darlo todo cuesta abajo. ¡Velocidad de vértigo!
Desde allí, nos adentramos en el bosque con el atardecer casi encima. Con las linternas en una mano, las bicis acuestas y los aullidos de fondo, recorrimos 5 minutos a pie totalmente a oscuras hasta llegar al refugio donde íbamos a pasar la noche. Un lugar único donde se puede apreciar el silencio y la tranquilidad de la naturaleza.
Después de un gran día en bicicleta, pasamos la noche en una cabaña, cocinando, con algo de cerveza y hablando junto a la chimenea hasta que la fatiga y el cansancio nos ganó la partida.
DÍA 2. Pantano de Sau a Rupit (32km / 796m+)
Por la mañana nos levantamos, recogimos nuestras cosas y con un delicioso café, disfrutamos del sol y de las vistas del embalse que ofrecía la cabaña.
Un pequeño problema con la barquita que nos ayudaba a cruzar el pantano nos obligó a cambiar la ruta y nos esperaba una dulce sorpresa…
Después de varios kilómetros rodando por un camino algo técnico para ir en gravel, topamo con un ‘hermoso’ muro de piedra suelta… A veces lo inesperado agrega un toque de diversión y aventura, aunque en este caso, nos pasamos un buen rato con la bicicleta en nuestras espaldas, cada uno a su manera y haciéndolo lo mejor que pudimos.
Finalmente, llegamos a la cima y, tomando un poco de aire fresco, regresamos a nuestras bicicletas.
Terminamos la ruta en un gran restaurante con un filete a la parrilla, acompañado de cerveza fresca. La mejor manera de disfrutar de la compañía y un fin de semana mágico.
